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máquina del tiempo...
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LA VOLUNTAD DE PODER DESAPARECER
Foucault, Baudrillard, etc. han discutido en gran extensión las formas diversas de la
"desaparición". Aquí quiero sugerir que la TAZ es de alguna manera una táctica de
desaparición.
Cuando los teóricos hablan de una desaparición de lo social se refieren en parte a la
imposibilidad de una "revolución social", y en parte a la imposibilidad del "Estado"; del abismo
de poder, el fin del discurso del poder. La pregunta anarquista en este caso debería ser
entonces: ¿Por qué molestarse en enfrentar un "poder" que ha perdido todo su significado y se
ha convertido en pura simulación? Confrontaciones tales sólo han de resultar en grotescos y
peligrosos espasmos de violencia por parte de los cretinos cabezamierda que han heredado las
llaves de todos los arsenales y prisiones. (Quizás sea ésta una tosca malinterpretación
norteamericana de la sutil y sublime Teoría franco-alemana. Pues si es así, estupendo ¿quién
ha dicho que haga falta entender una idea para hacer uso de ella?)
Tal como yo lo leo, la desaparición se muestra como una muy lógica opción radical de nuestro
tiempo, en absoluto un desastre o la muerte del proyecto radical. A diferencia de la mórbida
interpretación nihilista maníaca de la muerte de la teoría, la nuestra intenta minarla con
estrategias útiles en la continua "revolución de la vida cotidiana": lucha que no ha de cesar ni
con el último fracaso de la revolución política o social porque nada excepto el fin del mundo
puede traer ni el fin de la vida cotidiana, ni nuestra aspiración por las cosas buenas ni por lo
Maravilloso. Y como dijo Nietzsche, si el mundo pudiera "acabarse", lógicamente lo hubiera
hecho ya; no lo ha hecho, por tanto no lo hace. Y así, como uno de los sufíes dijo, no importa
cuantos vasos de vino prohibido bebamos, nos llevaremos esta sed rabiosa a la eternidad.
Zerzan y Black han señalado independientemente ciertos elementos de "rechazo" (en palabras
de Zerzan) que quizás puedan ser considerados de alguna forma como síntomas, en parte
inconscientes pero en parte conscientes, de una cultura radical de la desaparición, que influyen
a mucha más gente que ninguna idea izquierdista o anarquista. Estos gestos se hacen contra
las instituciones, y en ese sentido son "negativos"; pero cada gesto negativo también sugiere
una táctica alternativa "positiva" más allá de un mero rechazo de la institución condenada.
Por ejemplo, el gesto negativo contra la escolarización es un "analfabetismo voluntario". Dado
que no comparto la adoración liberal por el alfabetismo en aras de la mejora social, no puedo
enteramente compartir los suspiros de desmayo que se oyen por todas partes frente a este
fenómeno: uno simpatiza con los niños que rechazan los libros al igual que la basura que
contienen. Hay sin embargo alternativas positivas que hacen uso de la misma energía de
desaparición. La escolarización casera y el aprendizaje de oficios, como formas posibles de
"hacer novillos", eluden la prisión de la escuela. El pirateo informático es otra forma de
"educación" con ciertos rasgos de "invisibilidad".
Un gesto negativo a gran escala contra la política consiste simplemente en no votar. La "apatía"
(es decir, un sano aburrimiento del cansino Espectáculo) mantiene a más de la mitad del país
apartado de los comicios; el anarquismo nunca consiguió tanto! Tampoco tuvo el anarquismo
nada que ver con el reciente fiasco del censo). Una vez más, hay paralelismos positivos: la
creación de tramas como alternativa a la política se practica en muchos niveles en la sociedad,
y las formas de organización no jerárquica han obtenido popularidad incluso fuera del
movimiento anarquista, simplemente porque funcionan ACT UP , y Earth First! son dos
ejemplos. Alcohólicos Anónimos es, curiosamente, otro).
El rechazo al trabajo puede tomar las formas del absentismo, la ebriedad en el empleo, el
sabotaje, y la pura desidia; pero igualmente puede dar lugar a nuevos modos de rebeldía: más
autoempleo, participación en la economía sumergida y el "lavoro nero", fraude fiscal y otras
opciones criminales, cultivo de maría, etc.; actividades todas ellas más o menos "invisibles" en
comparación con las tácticas izquierdistas de confrontación tradicionales como la huelga
general.
¿Rechazo a la iglesia? Bueno, el "gesto negativo" por excelencia aquí probablemente consiste
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en... ver la televisión. Pero las alternativas positivas incluyen todo tipo de formas
antiautoritarias de espiritualidad, desde el cristianismo no eclesiástico al neopaganismo. Las
"Religiones Libres" como me gusta llamarlas -cultos pequeños, creados medio en serio medio
en broma e influenciados por corrientes tales como el Discordianismo y el anarcotaoismo- se
pueden encontrar a lo ancho de la América marginal, y proveen una "cuarta vía" en crecimiento
fuera de las iglesias mayoritarias, los fanáticos televangélicos, y la insipidez y consumismo new
age. También puede decirse que el rechazo principal a la ortodoxia consiste en construir
"morales privadas" en el sentido nietzscheano: la espiritualidad de los "espíritus libres".
El rechazo negativo del hogar es la "falta de hogar", que la mayoría considera una forma de
victimización, al no desear ser forzada a la nomadología. Pero la "falta de hogar" puede ser en
un sentido una virtud, una aventura; o así se lo parece, al menos, al inmenso movimiento
internacional de okupas, nuestros vagabundos modernos.
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